sábado, 28 de febrero de 2015

HIJOS AMADOS DEL PADRE



Domingo 1 de Marzo de 2015
2º Domingo de Cuaresma
San Marcos 9,2-10: “Este es mi Hijo muy querido, escúchenlo”

Estimadas familias, al ritmo de la Cuaresma, avanzamos poco a poco para vivir con intensidad los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor. Que este tiempo sea la oportunidad para cambiar actitudes y conductas en el seno de nuestro hogar.

En el texto evangélico que hoy se proclama, San Marcos nos cuenta que, seis días después de haber estado en Cesarea de Filipo, Jesús lleva a Pedro, Santiago y Juan a lo alto de un monte. El Maestro va constatando cómo su vida va entrando en la contradicción de la aceptación entusiasta de las multitudes y la conspiración de las autoridades de Israel que desean acabar con su vida.

El monte es el lugar especial del encuentro con Dios y por ello Jesús suele ir al monte para orar a solas con su Padre. En la oración Jesús encuentra la fortaleza necesaria para no declinar ante las fuerzas de la muerte que le amenazan. Su oración es diálogo amoroso con el Dios que se ha revelado en la historia a través de Moisés y Elías, prototipos de la Alianza y la profecía. Jesús conversa con los grandes antepasados de su pueblo y encuentra en ellos el testimonio de una vida fiel y entregada totalmente a la vocación recibida a pesar de los conflictos.

De un momento a otro sus vestiduras resplandecieron de blancura: sale a la luz la gloria de su persona. Desde la nube que les envuelve una voz dice: “Este es mi Hijo muy querido, escúchenlo”. Hay destellos, señales de lo que será la futura resurrección, donde los que tengan fe podrán ver en el humilde predicador de Nazaret al Hijo de Dios Salvador del mundo. A Él debemos escuchar.

En este tiempo cuaresmal nuestras familias están llamadas a transfigurarse a la luz del evangelio. En medio de las crisis que podamos estar viviendo debemos estar convencidos, como Jesús, de que el Padre nos ama. Dios puede dar sentido a lo que nosotros vemos como un fracaso. La nube de Dios nos envuelve, somos también sus hijos amados, nada ni nadie escapa de su densidad. Nuestros seres queridos y nuestro proyecto de familia no están destinados al fracaso pues Dios es fiel a la Alianza. Subamos al “monte a orar” por nuestra situación, confiemos y escuchemos al Señor, que pasó por el mar de la tribulación y fue rescatado de las garras de la muerte. Este es el tiempo oportuno.

Este es el tiempo oportuno.


Cordialmente, P. Freddy Ramírez Bolaños, cmf.

sábado, 21 de febrero de 2015

GUIADOS POR EL ESPÍRITU



Domingo 22 de Febrero de 2015
1º Domingo de Cuaresma
San Marcos 1,12-15: “Conviértanse y crean en la Buena Noticia”

Estimados hermanos y hermanas, un año más nos adentramos en el camino cuaresmal. Dios nos ofrece la oportunidad de renovar nuestras vidas a la luz de la Buena Noticia de su Hijo Jesucristo. Abramos el corazón a la gracia divina.

El evangelista San Marcos nos presenta, de forma muy breve, el episodio de los cuarenta días de Jesús en el desierto.  Nos dice que el Espíritu lo llevó allá después de ser bautizado por Juan en el río Jordán. El desierto es considerado un lugar especial en la espiritualidad del pueblo judío, ya que hace memoria del Éxodo, de la Alianza y del largo camino para entrar a la tierra prometida. Se trata del lugar teológico del encuentro con el Dios Liberador. En efecto, según Marcos, Jesús ora en lugares “solitarios” y realiza la multiplicación de los panes para las muchedumbres en el desierto. Es en el desierto donde Dios actúa a favor de su pueblo revelando su misericordia.

El desierto es también el lugar de decisión. A pesar de que aquí no se nos describa la acción del tentador, la tentación pertenece indisolublemente a este tiempo de soledad que vivió Jesús. Al igual que Israel fue tentado en el desierto, asimismo Jesús experimenta la prueba de ser fiel o no al proyecto del Padre. Se trata de un hecho que se prolongó una y otra vez en la vida pública del Maestro. Mientras que Israel sucumbió, el Hijo Amado salió victorioso. La convivencia con las fieras y los ángeles sirviendo son un signo de la armonía del mundo nuevo, del Reino de Dios que inaugura el Mesías.

A continuación el evangelista nos presenta a Jesús llamando a la conversión a las multitudes; el Espíritu le impele a anunciar la Buena Noticia de la Salvación. Desde ese entonces, el Padre no cesa de darnos un tiempo de gracia para renovar la existencia, para cambiar el corazón y para acoger el Evangelio. Desde la fe en Dios es posible la libertad para todos los seres humanos.

En el inicio de este tiempo de Cuaresma estamos invitados a dejarnos guiar, como Jesús, por el buen Espíritu. Se trata de conformar nuestra voluntad y nuestro propio yo al deseo de Dios, de romper con aquellos viejos esquemas de pecado que nos desgastan y abrirnos a la experiencia del verdadero amor.  Revisemos con sencillez y humildad nuestra conciencia en el desierto de la oración y pidamos perdón al Señor por nuestras infidelidades.

Este es el tiempo oportuno.


Cordialmente, P. Freddy Ramírez Bolaños, cmf.