Progresamos cada día más en el camino hacia la Semana Mayor. El Evangelio de hoy nos anuncia una buena noticia: no somos una causa perdida. Este es el mejor mensaje que podemos recibir del Señor esta Cuaresma: nuestras vidas, nuestras familias, nuestro futuro no están destinados al fracaso. Siempre habrá para nosotros un camino abierto, pues Dios está de nuestra parte.
La sociedad ha firmado un pacto con el sinsentido, la injusticia, el divisionismo y la guerra. A eso se refiere Jesús cuando dice que “la gente ha preferido las tinieblas a la luz”. El dinero y el poder “endiosados” engullen como un monstruo lo mejor de nuestras familias. Por eso, como hijos e hijas de la luz, debemos ponernos de pie y proclamar que la vida tiene sentido, que el amor verdadero tiene vigencia, que el Dios de la misericordia reinará.
Hermanos, hermanas, no hagamos alianza alguna con el antirreino. Desechemos aquello que nos aleja del amor. Iluminemos nuestras familias; abramos las puertas y ventanas de nuestras casas para que entre la luz del Evangelio; aceptemos a Jesús como maestro, hermano y compañero de camino. Reproduzcamos el testimonio de vida del Señor en las relaciones familiares y comunitarias.
En esta Cuaresma ya avanzada debemos dirigir con fe la mirada al crucificado, sabiendo que Dios concede la última palabra al que vive en fidelidad y rectitud, que Dios premia con la resurrección a aquellos que luchan por la vida.
Este es el tiempo oportuno.
Cordialmente, su asesor, P. Freddy Ramírez Bolaños, cmf.

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