Domingo 22 de Julio de 2012
16º
Domingo Ordinario
Marcos
6,30-34: “Vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como
ovejas sin pastor”.
Hermanos y hermanas, que la
fuerza de Dios siga actuando en cada uno de sus hogares. Ojalá que este día
domingo estén compartiendo, como familia, el descanso y la plegaria al Señor.
El texto evangélico de este día nos
dice que Jesús sintió compasión de la multitud porque andaban como ovejas sin
pastor. Los discípulos han llegado de su labor apostólica a contarle al Señor
todo lo que les había pasado. Él entonces los invita a descansar en un lugar
apartado, pero cuando llegan allí fue imposible, porque una gran multitud ya
estaba en el lugar esperándolos. Jesús comprendió que más urgente que comer y
descansar era atender a la multitud.
En el número 444 del Documento de
Aparecida se nos dice que “ innumerables jóvenes de nuestro continente
atraviesan por situaciones que les afectan significativamente: las secuelas de
la pobreza, que limitan el crecimiento armónico de sus vidas y generan
exclusión; la socialización, cuya transmisión de valores ya no se produce
primariamente en las instituciones tradicionales, sino en nuevos ambientes no
exentos de una fuerte carga de alienación; su permeabilidad a las formas nuevas
de expresiones culturales, producto de la globalización, lo cual afecta su
propia identidad personal y social. Son presa fácil de las nuevas propuestas
religiosas y pseudoreligiosas. La crisis, por la que atraviesa la familia hoy
en día, les produce profundas carencias afectivas y conflictos emocionales”.
Nuestros jóvenes avanzan en la
vida como ovejas sin pastor. Muchos de ellos están al borde del precipicio
existencial. Por eso nuestro MFC no puede quedarse cruzado de brazos. Tenemos que
poner en marcha nuestros carismas al servicio de la juventud. Como dice nuestro
SuSuSu 55 : “Si la persona es imagen creada suprema del Dios comunitario,
formarla es ayudarla y sostenerla a que sea imagen de ese Dios, impulsándola a
su realización en la apertura a los demás. La persona se forma en un ambiente o
comunidad de amor, en un ejercicio de amor, porque se le señala a amar...
Tenemos que valorar a los jóvenes, considerándolos como personas y como signo
profético de los tiempos”.
Este ideal del MFC se concretiza
en la vida diaria del hogar. A nuestros jóvenes se les debe señalar el camino,
darles principios, valores. De allí la importancia de promover nuestros grupos
juveniles, para que los muchachos y muchachas abracen el evangelio de la vida.
Los padres y madres de familia están
llamados a ejercer en la casa el papel de pastores, para llevar a los hijos a
aguas cristalinas y verdes pastos. Pidamos al Señor Jesús, que nos dé su
Espíritu para dirigir nuestros hogares bajo su Ley.
Cordialmente,
su asesor, P. Freddy Ramírez Bolaños, cmf.

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