Domingo 29 de Abril de 2012
IV Domingo de Pascua
Juan 10,11-18
“Yo soy el buen pastor”
Estimados
hermanos y hermanas, un saludo cordial para todos ustedes en este Domingo del
Buen Pastor.
El
evangelista Juan nos presenta hoy a Jesús como el Buen Pastor. La imagen del “pastor”
evoca en la Biblia a los líderes
políticos y religiosos de Israel, aquellos que en las denuncias de los profetas
aparecieron como “pastores que sólo piensan en apacentarse a sí mismos”, pisoteando
la vida y dignidad de los pobres. Para los profetas, Dios es el verdadero y
único Pastor que llevará a Israel a los campos de la justicia y de la paz.
Jesús
nos indica los signos que identifican a un buen pastor: conoce a las ovejas y da
la vida por ellas. Muy distinto del pastor “asalariado” que huye ante los
peligros y expone al rebaño a la furia de los lobos.
Aplicándonos ésta alegoría, resulta que en
nuestros hogares también somos “pastores”. Los padres y madres de familia
ejercen en la casa la función de educar a los hijos en los valores humanos y
cristianos. Los hermanos mayores tienen el papel de guiar a los pequeños en el difícil
camino de la vida con su testimonio.
Lamentablemente
muchos se han convertido en falsos pastores que llevan a nuestras familias a la
boca del lobo. Los personajes de la televisión, líderes religiosos sin
conciencia honrada, los artistas, los famosos del deporte, personas con “vidas
arruinadas” quieren levantarse en contra del rebaño del Señor y llevarlo al
ruina.
La
liturgia de este día nos recuerda que como MFC hemos recibido la misión del
Señor de cuidar de su rebaño. Evangelizar las familias es para nosotros reproducir,
en esta historia que nos toca vivir, las palabras y las acciones del Gran
Pastor, Jesús de Nazaret. Permitamos que Él tome el mando en nuestro
apostolado.
Este
es el tiempo oportuno.
Cordialmente,
su asesor, P. Freddy Ramírez Bolaños, cmf.

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